La gentrificación y la discriminación están estrechamente entrelazadas en el contexto urbano. La gentrificación, al impulsar el aumento de los precios de la vivienda y la llegada de nuevos residentes de mayor poder adquisitivo, a menudo resulta en el desplazamiento de comunidades marginadas, exacerbando así las desigualdades sociales y económicas preexistentes.
Además, la gentrificación puede dar lugar a tensiones interculturales y segregación, profundizando la exclusión social y perpetuando la discriminación en el acceso a oportunidades y recursos dentro de las áreas urbanas en transformación.
En los últimos meses en México han ocurrido distintos casos de discriminación, esto principalmente por parte de extranjeros que residen en México.
Ejemplos como la extranjera que se quejo en un video sobre los organilleros en ciudad de México, o los turistas en Sinaloa que se quejaron sobre el ruido que hacen las bandas norteñas en las playas de Mazatlán, estos casos de discriminación son ejemplos que cada vez se vuelven más comunes en México.
Estos recientes incidentes de discriminación en México, protagonizados por residentes extranjeros, ponen de relieve la urgente necesidad de abordar tanto la gentrificación como la discriminación en el país. Si bien la gentrificación puede traer consigo beneficios económicos y mejoras urbanas, también puede agravar las divisiones sociales y étnicas, dando lugar a tensiones y conflictos que perpetúan la exclusión y la discriminación